Dicen que los hombres las buscan brutas. Pero ser bruta, o mejor dicho, parecerlo, es sin duda un trabajo difícil al que tienes que dedicarle las 24 horas del día. Y como todo empleo, tiene sus requisitos mínimos:
1. Debes ser bonita. De nada sirve ser bruta y fea. Eso no te va a llevar a ningún lado. Bueno, sí, al olvido, pero nadie quiere ir allí.
2. Además de bonita, tienes que estar buena. Debes demostrarle al mundo que sólo vives para tu cuerpo y tu físico y que no tienes tiempo para estupideces.
3. Tus temas de conversación deben limitarse a la decoración, la farándula, los lugares de moda y al KamaSutra porque se supone que eres bruta, no frígida.
4. Es importante que te dirijas a tu pareja con nombres cariñosos que lo hagan sentir como el padrote de la manada. No basta con un “papi” o un “gordito”. De vez en cuando es recomendable agregar calificativos como “mi portaaviones”, “mi terminator” o “mi gorila”. Y si hay amigos alrededor, el éxito sería rotundo si pudieras decirle “mi baguette”.
5. Tienes que olvidarte de que sirves para algo. El hombre debe sentir que eres frágil e inútil porque eso lo hará sentir más necesitado e importante. Si sientes la urgencia de hacer algo por ti misma, respira y cuenta hasta tres pero en silencio, para que no sepa que sabes contar.
6. Pase lo que pase, jamás olvides la lección que Meg Ryan le enseñó a hombres y mujeres en todo el mundo en aquella clásica escena de Harry y Sally: si las mujeres pueden fingir un orgasmo, pueden fingir cualquier cosa.
Madame Mon Amour.. LCLPB
